LA PRIMAVERA YA ESTÁ AQUÍ...VIVALDI Y LAS TAREAS DOMÉSTICAS.

Los expertos han señalado una hora exacta en el reloj para la entrada de la Primavera, esa dama florida que altera nuestros corazones y nos obliga a colgar los abrigos de nuevo en los armarios, mientras que miles de cerezos tiñen de color el Jerte y se llena hasta arriba de turistas, los gimnasios se abarrotan de descontentos con el físico que quieren reducir michelines y las faenas de la casa, en tardes que invitan al paseo, se hacen más cuesta arriba.

DE LA EXPLOSIÓN VITAL

A las 13.44 horas ha entrado la primavera en la Península, según han constatado los expertos tras escudriñar cábalas y fórmulas secretas, aunque, que sepamos, los mortales más empíricos llevamos notando que Perséfone ha vuelto a los brazos de su madre Deméter haces dos semanas y llevamos disfrutando de temperaturas primaverales tras superar un duro mes febreril de frío y nieve. Hay quien para festejarlo ha hecho sonar la música de Vivaldi a todo trapo, ésa que galopa ágil, alegre, fresca y se introduce en los corazones como una ráfaga de aire renovado, emociones que algunos dicen sentir en esta estación del año de sangre alterada. Y prestos hemos arrinconado las pieles de invierno en el baúl y al mismo tiempo, asustados por un físico degradado por la invernación, nos apresuramos a abarrotar las consultas de nutricionistas para perder peso o atestar las salas de los gimnasios que hacen su agosto con doble de matrículas que cualquier otra época del año, empecinados todos con un culto al cuerpo sacrificado, obsesionados con alcanzar la figura de un Brad Pitt o una Victoria Beckan. Las panaderías, lamentablemente para sus dueños, reducen sus ventas de pan y bollería y se impone la etapa del hambre y el malhumor hasta conseguir la imagen deseada. Los Biocentury también baten record en esta época. Y muchos se mostrarán convencidos de que merecerá la pena ayunar porque una vez equilibrada la báscula del baño caminaremos todos arrogantes y altivos luciendo palmito, enamorados de un sol que cada vez calienta más fuerte, de jardines que florecen y de pájaros que se cortejan. ¡Nos sentimos vivos!
Contagiados de tanto ímpetu vital olvidaremos las amenazas económicas que nos acechan y nos entregaremos al disfrute vital porque las sombras del invierno están superadas, sin saber que las primaverales también son peligrosas. Sin embargo, no siempre luce Apolo al gusto de todos, y para otros muchos empenzará con este tiempo el suplicio de la tos, los picores, el asma, la alergía ingrata, aunque en eso no se fijan los que también en esta época se entregan al amor. ¡Al fin, llegó la primavera!

DE LAS OBLIGACIONES CASERAS

Y con el buen tiempo, nos apetece más disfrutar de los placeres mundanos, del ocio y del tiempo libre, por eso se nos hace más cuesta arriba cumplir con las tareas de la casa entre las que, según una encuesta hecha pública recientemente, la plancha y limpiar el baño, son las que menos nos gustan realizar. Con la promoción de la igualdad, mujeres y hombres sufren los mismos temores hogareños. Hay quien reconoce incluso tener pesadillas con una plancha andante que le persigue por doquier sólo de pensar la pila de ropa que le espera para dedicarse un fin de semana a quitar arrugas a las prendas de la familia. Pocos confiensan relajarse mientras planchan y ven la tele, pese a que un sector asegura utilizar esta técnica casera como terapia para desprenderse del estrés. Y tampoco es un plan maravilloso la limpieza de los cuartos de baño, la parte del dulce hogar más odiada para la higiene, según confiesan los encuestados, por lo que un sábado soleado y de temperaturas agradables para pasar disfrutando de los cerezos del Jerte, que nada tienen que envidiar a los de Japón, se puede convertir en un suplicio doméstico. Habrá que apelar a la vitalidad que dice despertar la primavera para afrontar las obligaciones caseras con más devoción o quien sabe si alguno estaría dispuesto a vender un pedazo de alma al diablo para despreocuparse de estos menesteres cotidianos, que de todo hay en la viña del señor.

NO COMPAREMOS CON VIVALDI! "LA PRIMAVERA TROMPETERA" Y... A TRABAJAR!